Mi pequeño lunar…
Mi «pequeña historia» de hoy tiene relación con un cruce de coincidencias al que yo, como no soy una entendida en la materia, nunca he podido dar una respuesta lógica.
Recuerdo desde niña tener en uno de mis pies una pequeña verruga o lunar. No sabría decir en qué momento salió ni cual fue el motivo por el que decidió crecer en mi pie.
Lo que, si recuerdo, es qué paso aquel día…
Hacia calor y me fui en chanclas (calzado que te deja los pies y talón al descubierto muy adecuado para los días de calor) a coger tunos indios; osada de mí que no tuve en cuenta lo complicado que resulta andar por terrenos accidentados con dicho calzado, si es que se le puede llamar a eso calzado…
En un momento dado me empezó a picar la piel del pie, parte del zumo del fruto (tuno indio), cayó sobre la verruga. Los primeros minutos fueron muy desagradables, por momentos picaba más y más… pero, curiosamente, en los días sucesivos fue secándose llegando a desaparecer por completo. El bulto que durante décadas formaba parte de mi pie, ya no estaba…
No tengo una explicación lógica para aquel suceso, pero dentro de sus múltiples propiedades como es la antiinflamatoria, el tuno indio podría haber realizado esa función y hacer desaparecer aquella carnosidad.
En la naturaleza tenemos una enorme botica de la que podemos hacer uso por sus grandes remedios para pequeñas, y porque no decirlo, también para grandes dolencias…
Gracias por venir a mi rincón de pequeñas historias.
Un abrazo
Reyes. R.P